domingo, 26 de agosto de 2012

Capitulo 46. Segunda temporada.


Ibrahim.
El tiempo paso rápido desde que el padre de Irene murió, apenas hemos podido pararnos a pensar en eso conjuntamente, ya que se de sobra que cuando ella iba a su piso a dormir noches y noches no era precisamente porque necesitará tranquilidad, era porque quería llorar y gritar sin tener que ocultarse a nadie.
Me duele mucho saber que hace eso, pero es la pura verdad.
No soporto verla así, tan rota, tanto por dentro como por fuera. Esta tragedia ocurrida a su padre la ha destruido, ha sido un golpe muy muy fuerte para ella. Su padre era una de las personas más importantes en su vida y ahora se ha ido. Ya no sé que hacer para intentar quitarla todo este sufrimiento que tiene. No sé como hacerla ver que la vida sigue, que hay un futuro, uno muy especial. Tengo que conseguir verla sonreír de nuevo porque si no voy a olvidarme de como era su preciosa sonrisa y no quiero eso.
Encima se nos junta todo.
Estos últimos días no se ha encontrado muy bien. Tenía fuertes mareos, dolores de cabeza etc. Ella dice que es por el embarazo, pero yo ya la he dicho que tiene que ir al médico para estar mas seguros, y con lo cabezota que es me ha costado cielo y mar convencerla, pero al final lo he logrado. Además, así de paso ya se pasa por la sala de ecografías y a lo mejor podemos saber si lo que vamos a tener va a ser un mini Ibi o una mini Irene jajajajajaja.
Sigo sin creerme que vaya a ser papá.
Es que... Vaya... Yo, papá. El papá Ibrahim Afellay. Oye pues suena bien y todo.
Ufff... Creo que Irene está tardando demasiado. ¿Y si la llamo? Si es que tenía que haberme dejado que la acompañara, yo no puedo vivir con esta tensión encima. Decidido, la próxima vez pienso acompañarla, se ponga como se ponga.

De pronto sonó el timbre, no tarde ni 5 segundos en llegar a la puerta, seguro que era Irene.
Me encontré con la sorpresa de que no era ella, sino una chica.
Ibi: ¿En que puedo ayudarte?
X: ¿Esta Irene?
Ibi: No, ha ido al medico… ¿De parte de quién?
X: Vero.
Ibi: ¿Y eres…?
Vero: ¿No crees que preguntas demasiado?
Ibi: Es que está es mi casa, y si preguntas por mi novia, pues oye como que me preocupa…
Vero: No pienso matarla, tranquilo, soy de la familia.
Ibi: ¿Bueno y que querías?
Vero: Básicamente hablar con ella…
Ibi: No está, pero si quieres pasar.
La chica entro y tomo asiento.
Pasó por delante de mí, y algo en mi interior me hizo temblar.
No sabia que cojones me había pasado pero estaba ahora inquieto.
Me senté en el sofá del frente.
Ella me miraba, y veía perfectamente que algo pasaba, si era familia de Irene, no la conocía porque yo he vivido casi toda mi vida al lado de ella, y nunca he sabido que tuviera nadie en parentesco así y que se llamará Vero.
De pronto escuche meter la llave en la cerradura, sabía perfectamente que era Irene, así que sonreí tímidamente y me levante.
Irene:¡Hola! Ya estoy aquí.
Ibi: Ha venido alguien a verte.
Irene: ¿Sí?
Vi como giro la cabeza hacía la chica, y me miro extrañado.
Y de pronto se me vino a la cabeza el día de la heladería, es ella joder.
¿Cómo puede ser eso?
Me fui hasta ella.
Ibi: ¿Tú eres la chica que estaba en la heladería, hace un mes o así?
Vero: Sí, era yo.
Irene: ¿Y quién eres?
Vero: Hola Irene, me llamo Vero. Encantada –Se acercó a ella y le dio dos besos.
La miraba con ternura, y al mismo tiempo le brillaban los ojos desmesuradamente.
Ibi: ¿Y que haces aquí?
Vero: Como ya te dije antes, soy familia de ella.
Irene: ¿Familia? No te sigo…
Ibi: Ni yo, menos mal que no soy el único.
Vero: Sé que esto te va a sonar raro, e incluso no me vas a creer pero tengo pruebas para demostrártelo.
Irene: Me estoy a empezando a asustar, ¿Ibi, me estarás gastando un broma no?
Ibi: Sí, soy yo, como me aburro tanto, pues mando a gente, para que te asuste, todo muy normal ¿No crees?
Irene: Bf
Vero: Irene, soy tu hermana.
Se me cayó el móvil al suelo, creo que me estaba haciendo pipi, y encima, para colmo, me había bebido 2 litros de agua.
Irene: ¿Es broma no?
Vero: No, te explico, tu padre, bueno nuestro padre, estuvo un tiempo en España, bueno más bien en Barcelona, y aquí conoció a mi madre, Estefanía, dio la casualidad de que tu madre y papa se iban a divorciar, y entonces, según me ha dicho mi madre, tuvieron algo ellos dos, pero obviamente no había nada con tu madre, entonces no había problema, no serían cuernos en sí.
Ibi. JAJAJAJAJAJAJA ¿Dónde esta la cámara oculta?
Vero: ¿Me ves con cara de broma? –Dijo muy enfadada.
Ibi: No, no, lo siento, pero es que esto parece de novela de canal sur, coño.
Irene: ¿Y esa boca?
Ibi: ¿Qué le pasa a mi boca? –Dije tocándomela
Irene: ¡No digas palabrotas! El niño o niña te esta escuchando.
Ibi: Oh perdón, lo siento, hijo mio, tapate los oídos, ¿Por qué tendrá oídos no?
Vero: ¿Hola? Sigo aquí, te estoy contando que tienes una hermana perdida y te pones hablar tranquilamente con tu novio, o no se lo que eso, y no me haces caso, me siento un poco apartada.
Ibi: ¿Cómo que eso? Me llamo Ibrahim, tú me puedes llamar, eso, Ibrahim…
Irene: Hostia es verdad, calla, sigue sigue.
Vero: Bueno pues eso, que viví aquí, tengo 26 años, dos más que tu, y fui al entierro de papa, obviamente no me acerque a ti, ni a nadie, ya que no quería causar molestias en esos momentos, a parte de que  fue muy sabiendo que tenía que compartir padre.
Irene: ¿Y las prueba y eso?
Vero: Podemos hacernos unas pruebas de ADN…
Irene: Sí por favor porque es que no se… es todo muy raro…
Les corté lo que iba a decir.
Ibi: ¿Y SI SOIS HERMANAS? –Dije como gritando
Y a la vez me respondieron.
¡NO AYUDAS!.
Ibi: Oficialmente sois hermanas, vaya genio, no tenía bastante con una, que encima con dos, ¿Qué me han mirado un congreso de tuertos? ¿Todavía me dura la maldición por cargarme el espejo del tocador de mi madre? No puede ser.
Irene: No te pongas loco.
Vero: Bueno pues cuando quieras, ¡Ah! Espera esta carta también tengo de él que me mandaba, cada mes, si quieres leerlas y bueno es otra prueba más.
Irene: Ya entiendo, por eso me dijo antes de morirse, que iba a haber una sorpresa, tú eras la sorpresa
Vero: Es que me dijo que te haría falta, y a mi sinceramente me haces falta.
Ibi: Que bonito. –Dije poniendo morritos.
Sinceramente no se porque puse esa cara, quería poner la cara de sorpresa, pero creo que no tengo de esas.
Vero: Bueno pues, yo me marcho, y ya mañana vamos hacernos las pruebas y ya pues lo sabes seguro ¿Te parece?
Irene: Sí, si, por supuesto. Mañana a la diez aquí, ¿Vale?
Ibi: ¡Adiós!
Vero: Adiós Ibi, hasta mañana.
Me acerque a Irene, y le dije al oído.
Ibi: ¿Me ha dicho Ibi? Le dije que era Ibrahim no ibi, que confianza coge la tía.
Irene: Joder, es mi hermana.
Ibi: Bueno, bueno, aun nos e sabe.
Vero le miró con ojos que solo los había visto una vez.
Ibi: No, no, claramente sois hermanas, ha puesto la misma mirada que me pusiste tu cuando me olvide de recogerte en el aeropuerto, que acojone.
Irene se despidió de ella con un abrazo, sabía que había muchas posibilidades de que realmente fuera su hermana ya que las pruebas eran obvias.
Conforme que se marcho Vero, Irene no tardo en llamar a su mejor amiga.

-Irene-

María: ¡Buenas noches cielo!
Irene: Buenas noches bonita, ¿Sabes que me ha pasado?
María: No, cuéntame.
Irene: Resulta de que tengo una hermana..
María: ¿Qué dices? ¿En serio?
Se lo conté todo lo despacio posible, para que pudiera asimilarlo bien.
María: Que fuerte, es obvio así como me lo has contado todo tiene sentido ¿No crees?
Irene: No lo se la verdad, ahora que lo pienso todo cuadra, porque mi dre mandaba siempre al año 3 regalos, e decía que era a unos niños que había apadrinado, pero resulta que er a mi hermana.
María: Mañana vas te la haces y me llamas conforme que lo sepas, porque es que es un bombazo
Se escucho por detrás a Pedro.
Pedro: ¿Qué es un bombazo?
María: Cotilla, sigue a lo tuyo, que estoy hablando con Irene.
Pedro: ¿No me lo vas a contar?
María: no.
Pedro: ¿Luego cuando no nos escuche si, no?
Ella se rio, y yo también.
María: Vete ya hacer la comida por favor.
Pedro: He visto echar a perros con más cariño.
Dicho eso se marcho, y no se le volvió a escuchar.
Irene: Pobre, se ha enfadado.
María: Bah, tranquila está bien. Bueno pues mañana hablamos que tengo mucho trabajo, venga tranquila y ten cuidado con el estrés que no es bueno para el bebe, ¿Vale?
Irene: Vale, venga y mañana te llamo, te quiero.
María: Y yo a ti, también.
Colgué y me giré, no vi a Ibi por ningún lado.

Y de pronto apareció subiéndose la cremallera.
Ibi: Uf, que agustico me he quedado, por un momento creía que me hacía pis encima.
Irene: ¿Tú nunca cambias no?
Ibi: Si la razón eres tú, con los ojos cerrados cambio.