domingo, 11 de noviembre de 2012

Segunda temporada, capitulo 51.


-Pedro-

María llevaba ya horas dentro del despacho que tenía en su casa, lo tenía todo ordenado y muchísimos libros, todos les ayudaban a poder tener más opciones y mejores ala hora de buscar una solución.
Echaba de menos esas tardes de risas con ella, solos sin ningún trabajo, pero cuando no era por mi, era por ella.
Fui hacía su cocina y le preparé algo para merendar, así podríamos pasar un rato juntos y poder tomar un respiro de todo.
Allí en la cocina hice un café, bueno más bien lo hizo la cafetera y saque una bandeja coloque el café, y unas galletas integrales, eso le encantaba.
Me fascinaban las mujeres que tenían su trabajo y aun así mantenía una vida normal,  eso si, el suyo le abstraía muchísimas horas.
Más de las que me gustarían que fuesen.
Cogí la bandeja y me marché para la habitación.
Conforme que me vio  soltó una sonrisa.
Me acerque hacía la mesa y ella aparto los documentos del medio.
María: ¡Muchas gracias! –Me abrazo
Pedro: No es nada cariño, creí que estarías ya harta.
María: Pues si un poco, pero es que el caso es difícil.
Pedro: ¿Qué es? –Pregunte curioso
María: Confidencial.
Pedro: ¿Sí?
María: Como la vida misma.
Pedro: ¿Pero no me puedes decir nada?
María: Nada.
Pedro: ¿Ni el nombre?
María: Incluso menos.
Pedro: Joder, ni que fuera el rey.
María: Yo tengo que respetar y dar seguridad a mis clientes.
Pedro: Pero yo no voy a decir nada.
María: Pedro por favor que nos conocemos, tu a tu trabajo y yo al mío, como siempre.
Pedro: Pero es que, me entra curiosidad de saber que es lo que te quita el sueño muchos días.
María: Lo siento, yo si fuera por mi te lo diría, pero no depende de mi.
Pedro: Esa persona no se enteraría porque yo no se lo cuento a nadie.
María: Mira, Alexis es como un trabajador del FBI, ese te lo saca todo.
Me quedé pensando, es cierto el cabron te lo saca todo.
Pedro: Bueno si no quieres compartir tu trabajo conmigo me parece bien.
María: De todas formas, ahora lo meteré en el maletín que tiene clave.
Mierda, si insistia tanto era alguien importante, e iba hacer eso, cotillearle al final, pero me ha visto las intenciones.
Esto de que te conozcan tanto no es bueno.
María: ¿Algo más?
Piensa, que no tengo ganas de irme otra vez.
Pedro: ¿Qué te parece Rajoy?
María: Por favor, Pedro.
Pedro: Estos recortes no se, no me parecen bien, ¿Qué opinas?
María: Te pediría por favor que te marcharás, porque tengo mucho trabajo.
Pedro: ¿Me estas echando?
María: Te estoy pidiendo por favor que te marches.
Pedro: Que fuerte me estás echando.
María: ¡PEDRO!
Pedro: Vale, ya me ha quedado claro.
¿Por qué se pone así?
No es normal, esto no puede ser así, tampoco por que me diga así por encima no va a pasar nada.
Salí de casa, no tenía gana de estar allí con ella. Encima después de lo que me ha liado por hablar de Rajoy.

-Ibrahim-

Ibi: Adiós guapa adiós, hasta mañana. –Dijo echando a Vero.
Irene: Que ganas tenías de que se fuera eh.
Ibi: ¡SI! Por fin solos.
Irene: Me tengo que duchar, porque estoy cansada.
Ibi: Vale, yo mientras hago la cena.
Irene: ¿Tú la cena?
Ibi: Ya verás, voy a ser un buen padre para Leila.
Irene: Vale, me marchó.
Vi como se marchó hacía arriba, yo me marché para la cocina. Abrí la nevera y pensé que cenaríamos.
Saque la sartén, y le eche aceite, unos filetes de ternera.
Le eche sal, y partí un poco de lechuga.
Le eche agua, y la deje.
Empezó a saltar el aceite ya, así que puse los filetes en la sartén y empezó a salpicar.
Me aleje y le daba a 20 km con la paleta.
Y al final se iban a quemar, así que apague la vitrocerámica y  ya cuando se enfrió le di la vuelta.
Saque también un olla, y le eche agua, encendí de nuevo la “vitro” y la coloque encima.
Pues nada, saque zanahoria, maíz, y demás complementos para hacer la ensalada.
De nuevo los filetes empezaron a salpicar mas de la cuenta, le eche sal, y ya por fin se cocinaron.
Saque macarrones del armario y los eche al agua.
Hice la ensalada y mientras tanto lleve los platos a la mesa, saque agua, zumo y coca-cola.
Los vasos y todo, sentí el secador y ya sabía que estaba casi terminando.
Lleve los filetes a la mesa, la ensalada, y los macarrones estaba ya casi.
Apenas tardaron, asi que los saque de la olla, y de nuevo los coloque en una fuente de cristal.
Y los lleve a la mesa.
La vi bajar con una bata de estás de casa.
Se le notaba ya la barriga.
Irene: Hostia, pues si que has hecho la cena.
Ibi: Tsé ¿Qué te crees?
Irene: Que bien, que buena pinta.
Vi como se sentó, y se echo zumo.
Ibi: Ya esta todo aquí –Dije dejando la fuente en mitad de la mesa.
Irene: Ese filete me dice, cómeme, cómeme. Y yo me lo voy a comer.
Yo le sonreí.
Ibi: Macarrones, mm ricos.
De pronto…
Irene: ¡Que asco! Esta dulce, Ibi.
Ibi: ¿Sí?
Irene: Pues si, buag, que asco. –Dijo echando el plato para el otro lado.
Ibi: Bueno pues come ensalada y macarrones.
Irene: SI mejor.
De nuevo cogió el tenedor y probó los macarrones y zas.
Irene: ¡TAMBIEN  ESTA DULCE!
Ibi: Joder, pues no pruebes lo otro porque fijo que me he confundido de tarro.
Irene: Que mal, sin cena.
Ibi: Lo siento, yo…
Irene: Tranquilo ahora hago yo una tortilla o lo que sea.
Ibi: Es que no hago nada bien, no se como Leila va a sobrevivir.
Irene: Tampoco te pases, es normal…
Ibi: ¿Si?
Irene: No, normalmente se prueba para saber lo que es.
Ibi: Ya, pero yo que se no he caído.
Irene: Bueno cariño tranquilo, que yo ten enseño a hacer lo que tu quieras.
Ibi: ¡Bien! Una tarta de chocolate.
Irene: Eso no se hacerlo
Ibi: Me has dicho que a lo que yo quiera.
Irene: Bueno ya le dire a mi madre que me diga como se hace.
Ibi: ¡TARTA! Mañana tarta…
Irene: Tampoco te pases eh.
Ibi: Joer no valgo para nada, pobre Leila.
Irene: Vale mañana hacemos tarta.
Ibi: ¡TARTA!
Cogí un trozo de filete, no me acorde de la sal y lo escupi.
Irene: Ejem..
Ibi: Nuevos sabores Irene, nuevos sabores.

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