sábado, 14 de julio de 2012

Capitulo 39. Nunca digas siempre, el destino quiere jugar.

Recibi el mensaje de Helena, avisadome de que fuera a casa de Ibi, que tendría que ver algo.
No tarde nada en ir, ya que sabia que viniendo de esa cualquier cosa me podía esperar.
Apenas tarde 10 minutos en llegar y vi que la puerta estaba abierta, me asome al comedor y no había nadie asi que subi a la habitación, me asome y mi corazón por un momento dejo latir, estaba mueriendome.
Irene: ¿Y esto que es?
Helena: Pues la realidad, ¿O creías que se iba a conformar contigo?
Irene: Él no lo haría...
Helena: Sigues igual de inocente que siempre.
Me acerque a ella, mis piernas se iban solas, apenas le di tiempo para ponerse algo de ropa, le agarre de los pelos y la saque de la cama de Ibi, esa cama...
Baje con ella pataleando y abrí la puerta, le sol té el pelo.
Helena: Por mucho que me hagas, estás más humillada que yo en este momento.
Se me llenaron los ojos de lágrimas, levanté la mano y con toda la fuerza que tenía le golpeé en la nariz y parte de la cara.
Irene: ¿Sabes lo que es dignidad? ¿Y sabes lo que es saber perder? Nunca has aceptado que me quiera a mi, antes que a ti.
Helena: Podrás pegarme, podrás herirme con tus palabras, pero nunca me llegarás a la suela de los zapatos, puta. -Dijo
Irene: No quiero hacerte más nada, ya que sería rebajarme a donde estás tu. ¡EN LA MIERDA!
Dicho esto le giré la cara y entre de nuevo para la casa de Ibi, al infierno.
Me seque las lágrimas y lo busque por toda la casa, hasta que llegué al servicio y allí estaba poniéndose una camiseta; la prueba.
Irene: ¿Como has podido hacerme esto? -Dije mientras mis ojos contenía millones de lágrimas
Ibi: ¿El que Irene?
Irene: Engañarme con Helena.. -Dije con rabia a la vez que le enseñaba su ropa.
Ibi: Irene yo no haría eso...
Irene: Claro claro...
Ibi: Estoy harto de tus celos, ¿No confías en mi o que?
Irene: Cuando entro en tu habitacion y la veo en ropa interior, ¿que pretendes?
Ibi: Vamos que no confía en mí. -Dijo saliendo del servicio y dirigiéndose abajo; al salón.
Irene le siguió.
Ibi le miró inquieto...
Irene: ¿No vas a decir nada?
Ibi: Diga lo que diga, vas a seguir pensando lo mismo.
Irene: Es impresionante, en serio.
Ibi: Lo impresionante es que creas que te engaño en cuanto tenga ocasión, dando a pensar que dudas de mi amor hacía a ti y haciendo dudar de esta relación.
Irene: Me ha dolido esto, en serio...
Iba: Estoy cansado de todo esto.
Irene: ¡Y yo de ti!
Ibi: ¿Pues ya está todo dicho, no?
Irene: ¿Y que has sentido por mi todo este tiempo?
Ibi: No si encima creerás que he estado contigo para pasar el rato.
Irene: La verdad es que prefiero escuchar mil mentiras a escuchar que no me quieres...
Ibi: En fin, ya esta Irene..
Irene: Claro que ya esta, y se acabó también.
Ibi: Lo mas fácil de todo es irte y huir de los problemas ¿No?
Irene: Yo creía que tu eras el oxigeno que necesitaba para salir adelante, pero me estoy dando cuenta de que has mentido muy bien, esto es igual siempre.
Ibi: ¡NUNCA! No te podría engañar porque te amo demasiado.
Irene: Claro, y tu amor por mi es infinito, anda cuéntaselo a Helena, que seguro que él amor que le has dado tu, le ha dejado con ganas de más.
Ibi: ¡No digas eso! Porque no me acuesto con la primera que pasa.
Irene: -Le miro desafiante- Habría verlo, sois todos iguales, yo te doy mi corazón y tu lo pisas, y te pones a jugar al futbol con él, como si de un balón se tratará.
Ibi: No sabes nada sobre lo que yo siento ahora mismo.
Irene: A lo mejor no, pero creo que yo me estoy muriendo por tu culpa.
Cogí mi bolso y a Mino y me fui.
Conforme que salí de casa de esa persona cuyo nombre no quiero volver a escuchar, recibí una llamada.
Karen: ¿Irene?
Irene: Dime..
Karen: Tu padre esta muy mal...
Irene: ¿Que?
Karen: Tienes que venirte.-Dijo entre lágrimas.
Irene: Salgo en cuanto pueda...
Mi corazón se acelerada y eche por ultima vez la mirada a la casa de ibi.
Me fui corriendo para casa, llame para conseguir un billete de avión para Utrech, y metí mi ropa en la maleta. Fui a por lo hacia falta para llevarme a Mino allí, y en nada me tuve que ir...
[...]
Estaba en el avión, mirando al cielo. Fuera de la realidad, se acabó todo.
Estaba dolida, pero la verdad es que en cierto modo, me lo esperaba, algo en mi corazón me decía que esto no podía ser tan bonito. Se acabo estar a su lado toda la noche, se acabo decirle te quiero, se acabo todo.
Me limpie algunas lágrimas que se me estaban escapando sin querer...
Yo creo que volveré a Utrech, y bueno dejaré de nuevo todo e interés enterrar el pasado. No quiero seguir llorando por una persona que sólo siente cuando quiere y no cuando de verdad es.
¿Tan difícil es ser feliz?


No hay comentarios:

Publicar un comentario