lunes, 2 de julio de 2012

Capitulo 32.

Capitulo 32.
María caminó por el vestíbulo del hotel, pensando en qué iba a hacer con Pedro. El haberme quedado antes con el a sólas no me hacía gracia ya que no él en verdad no me habia dado explicaciones del porque de lo regalos ni cuando se ha enamorado de mi ni nada, y eso me recome por dentro. Yo le quiero y sobre todo despues de la noche pasada, eso estaba claro, me atraía mucho, pero, ¿podría soportar a todas esas personas que le quieren?
No soy ni por asomo la única chica que le quiere, ni que le atrae, puesto a que su trabajo es el más llamativo para las chicas adolescentes con hormonas descontroladas, y habrá algunas que lo quieran tanto que lloren noche tras noche por no tenerlo cerca, y yo que lo tengo parece que está en la otra punta del mundo, odio esta sensación en serio.

Entonces, encontró a un grupo de unas cinco chicas, de unos dieciocho años, con bikinis y unos de esos vestidos de gasa de ir a la playa, sentadas en los sillones. María las escuchó hablar.

Chica 1: Sí, lo he leído en internet. ¡Están aquí, Pedro y Afellay!
Chica 2: ¿Seguro? ¿Pedro? Tia, si lo veo me muero.
Chica 1: Yo lo violo aquí mismo.
Chica 3: Eh, es para todas.
Chica 1: Sí, ya. Dicen que le vieron besarse con una chica, ¿sabéis?
Chica 3: Bah, sería cualquier zorra. Seguro que prefiere a una de nosotras antes que a esa.
Chica 1: Cierto sin sus fans no son nadie, viven de nosotras. ¿O no chicas?
Chica 2: Eh putas, que pedro es mio eh.
Chica 1: Da igual penita, cállate ya.

María bajó la cabeza, y caminó de vuelta a su habitación. ¿Acaso podría soportar eso? A chicas diciendo todos los dias que eran mejores que ella, y que podían querer a Pedro más.
Es que no puedo, me va a ser muy difícil todo esto, yo que me tiré días y días estudiando para sacarme mi carrera de derecho, para ser alguien en la vida, y no vivir del cuento, vienen unas niñas y me dejan por el suelo, no pienso consentir esto, además ni siquiera saben como soy o mi personalidad, es hablar por no estar calladas en serio.
Metida en sus pensamientos, María se tropezó con Pedro, y cayeron al suelo.
Pedro: ¿Estás bien María? - Dijo, sonriendo y ayudandola a levantarse.
María: Si... - Salió corriendo, dejando a Pedro confundido.
Durante el resto del dia, María no quiso ni mirar a Pedro. Él hacía todo lo que podía para quedarse solas con ella, pero ella siempre conseguía irse.
Irene e Ibi lo notaron, y ella enseguida supo lo que pasaba. Así que entre los dos consiguieron dejar solos en una cena a Pedro y María. Sólo necesitaban un pequeño empujoncito.
Al principio ninguno de los dos sabia por donde iba la cosa, asi que nadie hablo pero cuando ya el silencio cortaba como un autentico cuchillo Pedro dio el primer paso.
Pedro: ¿Me estabas evitando?
María: Yo, bueno...
Pedro: ¿Por qué?
María: Vi... vi a unas chicas que te buscaban, y te querían, no estoy segura de nada, además tu tampoco me has dado las razones del porque me quieres y los regalos, y no entiendo tampoco porque no me lo has dicho a la cara.
Pedro: Por el miedo a que me digas que no y me rechaces.
María: ¿Por qué haría yo eso?
Pedro: Pues no lo se, la verdad es que aunque sea futbolista, y tenga fans, nunca podría salir con una porque se que la mitad me quieren por lo que tengo no por lo que soy y yo quiero estar con una chica por ser yo mismo.
María: Yo te quiero por como eres..
Pedro: ¿Si?
María: Si, y te quiero mucho.
Pedro: Creo que he encontrado a la princesa que andaba buscando el príncipe azul
María: Oh <3
Se acercaronn poco a poco, al principio tan sólo rozaron sus labios, y después de un par de miradas y susurros; unieron sus labios.
María: ¿Y bueno, lo que han dicho las fans?
Pedro: No es en serio. - Dijo riendo.
María: Sí...
Pedro: María, no les des importancia. Yo te quiero a ti. Ellas son mis "fans", pero no me ven como a alguien accesible. Créeme que no son un problema.
María: Pero...
Pedro: Pero nada. - La besó, y ella sonrió, mientras que seguían cenando.
Después, ambos fueron a la playa, donde había algunas parejas dándose besos.
María: ¿No tienen casa o habitación?
Pedro: La mia está en las Canarias, pero vamos que si quieres cambiamos de archipiélago.
María: No, yo decía que...
Pedro: ¿Sabes lo que dijo Guardiola?
María: ¿Qué?
Pedro: ¡Pasa el balón Pedro, a Villa Pedro, vamos! - Dijo orgulloso. Ella rió.
María: Que romántico.
Pedro: Sí, ¿verdad?
María: Sí.
Pedro: Pep es todo un poeta. Y ni que decir de Alexis...
María: ¿Por?
Pedro: El otro dia Piqué echó aceite en su gomina, fue muy gracioso porque se pringó entero y culpó a Puyol y a su espuma del pelo.
María: Pedro, eso no es gracioso.
Pedro: ¿No?
María: No.
Pedro: ¡Ah! - Empezó a gritar, y todos miraron.
María: ¿Qué pasa?
Pedro: ¡Me han mordido las hormigas!
María: Pues al agua, vamos.
Pedro: ¿Con ropa? Quítatela mejor mujer, más sexy.
María: Cállate, señor seductor.
Pedro: ¿Te ponen las hormigas? - María rió y negó con la cabeza.
María: Me ponen mala, mejor dicho.
Pedro: ¿Vamos al agua entonces? –Propusó.
Cuando ya se hizo muy tarde y empezó a refrescar, volvieron al hotel, de la mano. Las chicas que María había visto esa mañana se habían dormido en un banco, en la puerta del hotel. Ella negó con la cabeza. Definitivamente, Pedro era suyo. Pero ahora que había pasado todo, le daba pena las chicas,si podrían haberse metido con ella, pero en el fondo las entendía, yo también había tenido un ídolo, y tambien sentía lo mismo que ellas, esa impotencia de no poder desmotrar lo que realmente podría hacer por él y quién sabe, alguna de esas chicas podrían querer a Pedro, lo mismo que yo o incluso más; aunque realmente.
Le apreté fuerte la mano y me posé en su hombro. Por fín.

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